viernes, 5 de abril de 2013

Clara Campoamor


"“Tenéis el derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, 
pero no tenéis el Derecho Natural, 
el Derecho fundamental que se basa en el respeto de todo ser humano..."


Clara Campoamor Rodríguez  nace 1888 en el seno de una familia de origen humilde,  en el barrio madrileño de Maravillas. Su madre era modista y su padre era contable de un periódico.

A la muerte de éste, se ve obligada a interrumpir sus estudios y ponerse a trabajar en varios oficios, entre ellos  en el cuerpo de Correos y Telégrafos en 1909.

En 1914 y tras sacar el número uno de su oposición, se convierte en profesora de adultas en el Ministerio de Instrucción Pública. Sin embargo, al no tener el bachiller sólo puede impartir clases de taquigrafía y mecanografía por lo que decide seguir estudiando. Se  matriculó como estudiante en la escuela secundaria y luego en la Facultad de Derecho  compaginándolo con sus trabajos de mecanógrafa en el Ministerio y de secretaria en el periódico “La Tribuna” respectivamente.

En 1923 participa en un ciclo sobre Feminismo organizado por la Juventud Universitaria Femenina donde comienza a desarrollar su ideario sobre el derecho a la igualdad de las mujeres.

A la edad de 36 años se licencia en derecho lo que le permite defender dos casos de divorcio muy célebres en aquella época.

Fue también la primera mujer que intervino ante el Tribunal Supremo y que desarrolló trabajos de jurisprudencia sobre cuestiones relativas a los derechos de la situación jurídica de las mujeres en nuestro país.

Sus ideas sobre la igualdad de las mujeres la acercan al PSOE y escribe el prólogo del libro Feminismo Socialista, dedicado a Pablo Iglesias. Pero nunca se incorporó al partido.

En 1928 crea juntos a compañeras de otros países europeos la “Federación Internacional de Mujeres  de carreras jurídicas”  (que en la actualidad todavía existe, con sede en París).

Campoamor  mantuvo una gran actividad como conferenciante en la Asociación Femenina Universitaria y en la Academia de Jurisprudencia, defendiendo siempre la igualdad de derechos de la mujer y la libertad política.

Con Azaña forma parte de la junta directiva del ateneo de Madrid y se declara republicana. En los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera colabora en el diario “La Libertad”, en una sección propia titulada “Mujeres de hoy”  donde presentaba y analizaba la vida de las mujeres.

Después de la rebelión de Ángel García Hernández y Fermín Galán en Jaca y el proceso contra el Comité Revolucionario, Clara Campoamor asumió la defensa de algunos de los implicados, entre ellos su hermano Ignacio. 

Al proclamarse la Segunda República, Clara Campoamor entra a formar parte del Partido Radical y se presenta a las elecciones de 1931 para las Cortes Constituyentes de la Segunda República, obteniendo un escaño como diputada por Madrid.

Tras la dictadura, en 1931 participa en la comisión encargada de redactar la Carta Magna Republicana, siendo la primera mujer que habla en las Cortes Españolas.

Desde su tribuna ejercerá una enardecida lucha  para establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal, a menudo llamado “voto femenino”. Consiguió todo, excepto lo relativo al voto, que tuvo que debatirse en el Parlamento.

 El debate fue extraordinario,  Clara Campoamor se mantiene fiel a sus principios y defiende el derecho de las mujeres a ser consideradas ciudadanas por encima del sentido de su voto. Al final, y con una apretada victoria impone sus tesis y entra en la Historia como la principal artífice de la inclusión del voto femenino en España, recogido en la Constitución de 1931 que en su artículo 36 dispone que “Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes”.

En 1934 abandonó el Partido Radical por su subordinación a la CEDA  que se proclama vencedora y toda la izquierda culpa de su derrota a Clara Campoamor. Ese mismo año, intentó unir a la  Izquierda Republicana pero su admisión fue denegada. Fue cuando escribió y publicó en mayo de 1935 "Mi pecado mortal. El voto femenino y yo"  

En 1936, tras el golpe militar del general Franco contra la República Española, Clara Campoamor se exilia a Francia y, en 1937, publicó en París "La revolución española vista por una republicana".

Vivió una década en Buenos Aires y se ganó la vida traduciendo, dando conferencias y escribiendo biografías.
Intentó regresar a España a fines de la década de 1940 pero se encontró con que estaba procesada por su pertenencia a una logia masónica.

En 1955 se instaló en Lausana (Suiza), y trabajó en un bufete hasta que perdió la vista.

Murió de cáncer en abril de 1972. Sin haber tenido la oportunidad, ante las condiciones impuestas por parte del gobierno franquista, de regresar a España como era su deseo.